Declaración de principios sobre las escuelas para sordos

La Asociación Nacional de Sordos (NAD) reconoce el valor de las escuelas para sordos y valora a sus contribuciones a la educación y el desarrollo de los niños sordos e hipoacúsicos por casi 200 años. Las escuelas para sordos son fundamentales en la educación de los niños sordos e hipoacúsicos (en adelante “lo/s sordo/s”), y se deben realizar todos los esfuerzos posibles para preservarlas. La NAD firmemente apoya la continuidad y el fortalecimiento de esas escuelas.

Las escuelas para sordos no solamente son una opción educativa, sino que son la única ubicación educativa que sirve para los niños sordos. La Ley de Educación para Personas con Discapacidad requiere que los estados brinden un “seguimiento de las opciones de ubicación alternativas” las cuales incluyen “la enseñanza en clases generales, clases especiales, escuelas especiales, educación a domicilio,  hospitales e instituciones.” (34 C.F.R. § 300.115) (énfasis añadido). Las escuelas para sordos no son opcionales, sino que son un mandato bajo de la ley.

Se considera a las escuelas para sordos durante los recortes del presupuesto estatal, pero muchas veces los gastos son notablemente más caros para brindar los servicios educativos para niños sordos e hipoacúsicos en otras ubicación. Colocar un niño sordo en su escuela local con la prestación de los servicios de acceso comunicativo puede ser sumamente costoso y en algunas ubicaciones simplemente no es posible por los recursos humanos limitados. Casi no hay suficientes maestros cualificados para los sordos ni intérpretes educativos cualificados para satisfacer las necesidades actuales ni para brindar servicios en cada escuela local dentro de un distrito escolar que pueda matricular a un/a estudiante sordo/a. Colocar a cada niño sordo en su escuela local no es práctico, ni económico, ni favorece la educación del niño. En muchos estados, hay regiones geográficas amplias con una población pequeña de estudiantes sordos, lo cual significa que las escuelas para sordos son económicas para brindar servicios educativos óptimos. 

Las escuelas para sordos, una parte fundamental de la historia de los Estados Unidos, promueven una educación de calidad y también la cultura, patrimonio, y lengua dentro de sus paredes. Las escuelas para sordos, incluso las escuelas subvencionadas que brindan servicios para los niños sordos, tienen una capacidad única de promover el ambiente visual necesario para la enseñanza y las condiciones ideales para el desarrollo lingüístico de los niños sordos.

Principalmente, los niños sordos solo pueden empezar a aprender cuando están adquiriendo una lengua, lo cual es un derecho humano y lingüístico, y esta adquisición se logra con más facilidad con la lengua de señas de los EE.UU. (ASL). La ASL ofrece una sólida base lingüística, la cual fomenta el desarrollo cognitivo y éxito educativo para convertirse en adultos responsables e exitosos. El valor de tener maestros que comunican directamente con los estudiantes es de suma importancia; enseñar a los niños de maneras indirectas a través de intérpretes o unas tecnologías ni es efectivo ni eficiente específicamente cuando comienza a darse la adquisición de la lengua.

Ninguna otra ubicación educativa puede ofrecer la espontaneidad y la libertad con la comunicación como las escuelas para sordos. Las escuelas para sordos son únicas y proveen una comunidad auténtica para los niños sordos. Los estudiantes en aquellas escuelas desarrollan la capacidad emocional, social, y cognitiva, las cuales son fundamentales para realizar el potencial humano y la identidad. Las escuelas para sordos proporcionan actividades extracurriculares, oportunidades de liderazgo, y mentores sordos e hipoacúsicos exitosos quienes son modelos del lenguaje. En las escuelas para sordos, los estudiantes son parte de una cantidad indispensable de compañeros apropiados a su edad y que usan la misma lengua, y con quienes pueden tener interacciones auténticas entre compañeros. Las escuelas para sordos proporcionan a los estudiantes una educación inclusiva, de calidad, con grandes expectativas, con maestros cualificados, y un plan de estudio general riguroso.  

Las escuelas para sordos también son centros de recursos en todo el estado, y están disponibles para todos los distritos escolares cuando sea necesario. Esas escuelas ofrecen una rica experiencia en todos aspectos educativos para los niños sordos. Esos centros son fuentes valiosas de información y referencias, de asistencia técnica, de entrenamiento para el desarrollo profesional, del diseño de planes de estudio, y del intercambio de medios y materiales. También proveen de recursos primarios en ASL. Algunas escuelas para los sordos brindan servicios especializados para apoyar a los estudiantes sordos matriculados en las escuelas locales. Se anima a todos los distritos escolares a aprovechar de la experiencia de los profesionales que trabajan en las escuelas para sordos.

Sin las escuelas para sordos la educación de los niños sordos se hace más costosa tanto a corto plazo con limitaciones de recursos humanos como a largo plazo con retrasos educativos.

La única opción es obvia: con las escuelas para sordos, la sociedad se beneficia de adultos sordos productivos y responsables. Las escuelas para sordos han generado miles de miembros productivos para nuestra sociedad, y ellas son necesarias para el desarrollo continuo de los líderes sordos en nuestra nación. 

Un llamamiento a la acción 

Apoyo estatal para las escuelas. Los estados deben apoyar a su/s escuela/s para sordos. Este apoyo incluye proporcionar los fondos suficientes, las instalaciones, las referencias, y otros recursos para las escuelas, y apoyar los programas de la universidad para entrenar maestros u otro personal.

Las ubicaciones educativas en función al acceso lingüístico. Las decisiones relacionadas a la ubicación educativa de los niños sordos deben ser guiadas por el acceso lingüístico. Es decir, los niños sordos deben estar matriculados en escuelas que apoyan su acceso y desarrollo lingüístico y comunicativo. El “ambiente menos restrictivos” para un niño sordo es un “ambiente lingüístico enriquecido”. Para muchos niños sordos esa colocación será especializada, no necesariamente en un ambiente de educación general.

La elección de los padres. Los padres tienen el derecho de elegir una escuela para sordos para su hijo/a. Para proteger el derecho de los padres a elegir, los estados deben asegurar la financiación continua de las escuelas para sordos. Los estados deben garantizar que los padres y los distritos escolares apoyan la consideración de la escuela para sordos como una opción viable de ubicación educativa. 

La colaboración. Los estados deben desarrollar y facilitar la colaboración entre la/s escuela/s para los sordos y las comunidades estatales de personas sordas, los padres, los profesionales, y los distritos escolares locales. Para maximizar el beneficio para los niños sordos, los estados deben formar un comité o grupo de acción que abarque y represente las comunidades de todo el estado. A través de esos grupos, el estado puede trabajar junto en temas que puedan mejorar la educación de los niños sordos e hipoacúsicos del estado.

La responsabilidad. Las escuelas para sordos deben ser incluidas en los sistemas de responsabilidad del estado de manera significativa y deben apoyar en la mejora de resultados de los estudiantes sordos e hipoacúsicos. Las escuelas para sordos deben deben ser responsables y deben seguir el plan de estudio del las escuelas públicas de su estado o municipalidad. 

La preparación del personal. Los estados deben tener estándares significativos para la preparación del personal, el plan de estudios, y el acceso de los estudiantes al personal y a los programas. El personal debe tener dominio de la ASL, ser apto culturalmente, y altamente cualificado en las materias académicas.

El transporte. Los estados deben apoyar el transporte seguro y apropiado, incluso para las actividades extracurriculares, para niños de la escuela para sordos. Los estados deben aclarar cuál agencia será responsable de brindar el transporte. Sin un medio para asistir a la escuela, el derecho del niño a ir a la escuela no se cumplirá .